El pádel es un deporte que comenzó a ganar popularidad durante los años ochenta, sin embargo, esta se ha incrementado masivamente en los últimos años, principalmente por los pocos elementos técnicos que necesita para la práctica del mismo (pelota, pala y cancha), y la facilidad para jugarlo, ya que resulta bastante sencillo para practicar, a diferencia de otros deportes.
Este deporte influye de forma positiva en el organismo, siempre y cuando se tomen las precauciones básicas para no dañar de forma innecesaria el cuerpo, ya que a pesar de lo fácil de este deporte hay cosas por hacer para continuarlo practicando y obtener de lleno los beneficios que ofrece, por ejemplo calentar bien los músculos e hidratarse correctamente, sólo por mencionar algunas de las cosas básicas.
Existen tres niveles, particularmente, en los que el pádel se involucra de forma positiva, y es a nivel fisiológico, a nivel motriz y a nivel psicosocial, por lo que es importante entregarse a este deporte, más que por moda, por mejorar integralmente.
Los beneficios por niveles
A nivel fisiológico los beneficios por jugar pádel son bastante importantes, ya que no sólo ayuda a aumentar la fuerza muscular, la condición general y contrarresta la obesidad, sino que aumenta el gasto calórico, lo que libera endorfinas y aumenta los niveles de satisfacción personal.
Por la parte motriz, este deporte mejora el desarrollo psicomotor, incrementa la coordinación óculo-manual y la general, y mejora tanto el desplazamiento como el sentido del equilibrio.
Mientras que a nivel psicosocial no sólo mejora el ánimo y proporciona felicidad por la liberación de endorfinas, sino que aumenta las expectativas individuales al superar metas y conseguir llevar a cabo una actividad deportiva de forma exitosa, y, al ser un deporte en equipo, no sólo aumenta la diversión, sino que incrementa la capacidad de tolerancia y sociabilización. Por todos estos beneficios y más se puede asegurar que el pádel es más que un asunto de moda.